Bikesharing sin estaciones, el “Car 2 Go” de las bicicletas
La movilidad en las ciudades del futuro es uno de los problemas que más urge a los diseñadores urbanísticos de todo el mundo. Importantes reuniones para la discusión de estos temas se celebran en todos los rincones del planeta, como el Future Cities Show con un enfoque totalmente dedicado a la movilidad -tal vez el tema más discutido en todo el mundo para la planificación urbana y la gestión de la ciudad-.
El Medio Oriente y Asia son buenos ejemplos de poblaciones metropolitanas de escala rápida que necesitan una atención especial, al tener que buscar soluciones a los problemas de movilidad de sus millones de habitantes. Ante este panorama, ha surgido desde Pekín una compañía en la que por fin se puede compartir bicicleta sin estar pendiente de las estaciones para dejarla: el bikesharing de Ofo. Esta plataforma comenzó a crearse en 2014 cuando su CEO, David Dai, y sus socios cofundadores vieron la oportunidad de aprovechar los avances tecnológicos para mejorar el uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible. Como estudiantes de la Universidad de Pekín, David y sus socios convencieron a unos 2.000 estudiantes para que agregaran sus bicicletas a un registro privado. Se podía acceder al registro a través de una aplicación móvil y permitía a los participantes utilizar cualquier bicicleta registrada en cualquier lugar y en cualquier momento.
La plataforma se hizo tan popular que se expandió a cinco universidades más en solo tres meses. Aprovechando este impulso, la compañía renovó su modelo operativo para ofrecer a los usuarios bicicletas estandarizadas y comenzó a expandirse a las principales ciudades de China e internacionalmente. Hoy, el servicio está abierto a cualquier persona en más de 180 ciudades a través de un smartphone.
Ofo está planeando ampliar su servicio a más ciudades españolas. La compañía china ya está analizando un futuro despliegue de bicicletas en Sevilla, Málaga, Granada y Valencia. Su funcionamiento es sencillo y a los usuarios de apps como Car2go o Ecooltra, su análogo para motos, les resulta ya familiar: se localiza la bicicleta más cercana a través de tu smartphone, se reserva durante un periodo de hasta 10 minutos y se desbloquea al llegar hasta ella escaneando el código QR de la bicicleta. El coste del servicio es de 50 céntimos por cada 30 minutos y se pueden aparcar las bicicletas en cualquier lugar permitido por la normativa local.
Este servicio podría reducir mucho la contaminación en las ciudades y liberar el tráfico de los centros urbanos, facilitando los trayectos cortos para todos los viajeros. Y esque cada 1’6 kilómetros de desplazamiento en bici se reduce la emisión de 350g de CO2 (en comparación a los coches). Para que te hagas una idea, los usuarios de Ofo han contribuido a que se redujeran las emisiones de más de 13.500 toneladas de CO2 desde su creación, e implantarlo como medida prioritaria en muchas ciudades del mundo con superpoblación y problemas de movilidad podría ser una gran solución a escala global para descongestionar los centros y fomentar una actividad que resulta además saludable y ecológica.
Otros ejemplos de bikesharing
A pesar de que esta plataforma aterrizó en Madrid a finales de 2017 con una flota de 110 bicicletas, no es la primera de las compañías de alquiler de bicicletas sin estaciones fijas de aparcamiento que llega a la ciudad. La empresa singapurense oBike había desplegado ya 300 bicicletas. OBike estudió también su desembarco en Barcelona, Granada, Valencia, Málaga y Sevilla, y recientemente ha obtenido en Granada una licencia de actividad -la primera de este tipo- tras cinco meses en los que oBike ha ejercido su actividad en el marco de un plan piloto experimental. En Madrid, también opera desde febrero la danesa Donkey Bikes, presente en Barcelona, y con planes para expandirse a lo largo de 2018 en Valencia y Sevilla.